Uno de los asuntos que más preocupan al ser humano es el morir y a ser posible evitando el padecimiento innecesario. Salvo en los casos en que alguien haya manifestado claramente su voluntad al respecto, a través del llamado «testamento vital», cuando llega el momento de aplicar determinados tratamientos o retirarlos, será el equipo sanitario y/o los allegados del paciente quienes determinen qué hacer. El dilema entre curar y cuidar a menudo produce discrepancias entre todos ellos, siendo difícil ponerse de acuerdo. En tales casos, acudir a la decisión de los tribunales de justicia no siempre resuelve el verdadero problema de fondo, pudiendo enquistar el conflicto indefinidamente.