Los autores proponen un enfoque particular de la evaluación inicial entendida como la forma de establecer la relación y de conectar el programa del niño con el programa del educador. En este momento inicial se trabaja sobre la totalidad de la persona y se observan las diferentes dimensiones de la motricidad integral: conativa, cognitiva, relacional, social, afectiva y fantasmática. Esta confluencia e implicación mutua del niño y del educador resulta fundamental en Psicomotricidad de Integración.