Inmaculada Palanca Maresca
En el presente trabajo se realiza una reflexión sobre los factores que favorecen el crecimiento como ser humano del niño, cuales son las circunstancias actuales en las que transcurre la vida de los niños y adolescentes, y hasta qué punto se respetan las condiciones en las que deben criarse para ser capaces, por un lado, de protegerse y resistir la agresión cuando es posible y, por otro lado, de respetar y contemplar al otro como ser humano. Para ello, se realiza un análisis sobre los procesos previos a la situación de victimización que han favorecido, directa o indirectamente, la producción de la víctima y el agresor. Se distinguen en este trabajo dos niveles: en uno, la producción llamémosle «intrapsíquica» de víctimas y agresores, que ocupará la primera parte y en otro la producción «social» del la víctima, en el sentido de adquisición de un rol ya sea de victima o de agresor, que centrará la segunda parte. Se destacan, por su contribución a este proceso, el papel de la crianza en los primeros años de vida, la educación en la familia y la escuela y la influencia de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de comunicación y ocio. En último término este trabajo pretende destacar la importancia de los procesos de prevención de los procesos de victimización en menores, con el principio básico de que habilitar, capacitar y educar es más fácil e incluso menos costoso a largo plazo que re-habilitar y re-educar.