Demetrio Barcia Salorio
Desde una perspectiva antropológica el análisis de la biografía es esencial. Ello lleva a estudiar, entre otras cuestiones, el trato que el enfermo mental tiene con los valores. El autor cree que cada enfermedad significa un fracaso en el trato con los valores característico de cada una de ellas, lo que seguramente aporta datos para un mejor conocimiento de las mismas. A esta falta de captación de valores debe llamarse anomia, término introducido por Benjamín Rush en psiquiatría en 1796. Si dejamos de lado los cuadros con graves trastornos cognitivos (retrasos mentales severos y demencias) y las esquizofrenias en las que el enfermo tiene un mundo peculiar, distinto al de los sanos, las otras enfermedades pueden ser ordenadas en cuatro tipos fundamentales: 1) La anomia como incapacidad constitucional de alcanzar el valor: la anomia que B. Rusch definió como característica de las psicopatías. 2) La anomia por incapacidad de trascender. Propia del mundo de los melancólicos, tal como lo mostró Tellenbach. 3) La anomia por carencia de valores de origen social, que es de dos tipos: La anomia de Durkhein, y la que caracterizó Frankl como ligada al sentimiento de falta de sentido (Sinlosigkeitsgefühl), anomia que puede llevar al suicidio y la anomia que surge cuando los valores de una determinada sociedad no son alcanzables por algunos de los dividuos pertenecientes a ella. Es la anomia de Merton, propia de la criminalidad y toxicomanías. 4) La anomia por represión de valores, que se corresponde con ciertas formas de neurosis, como las que caracterizó Frankl como nooneurosis.