Acceso usuarios
José Luis López-Peñalver
La elaboración, término introducido por Freud en "Repetir, rememorar y elaborar", parte del trabajo psíquico necesario para convertir las excitaciones primordiales en procesos de pensamiento. Se abren dos vías: la creación de vida mental a que esto da lugar de una parte, regida por la pulsión de vida, y de otra la vía corta de la descarga desligada a través de la acción, la alucinación o la somatización impulsadas por la pulsión de muerte. Los sueños, síntomas neuróticos, el chiste o el trabajo del duelo son consecuencias de un buen funcionamiento del trabajo de elaboración. Más adelante, desde una revaluación del narcisismo, Freud entiende cómo el Yo se deforma, se fragmenta en el ejercicio imposible de esta misión. De la importancia de estos aportes se ha derivado una visión centrada en el objeto y quizá excesivamente alejada de la pulsión. Pulsión y objeto se construyen mutuamente en un acto creador, y a la comprensión de los fallos en esta tarea nos han ayudado autores como Winnicott con su concepto de trauma negativo, Bion con el de identificación proyectiva patológica o Green con su descripción del trabajo de lo negativo, cuyo mayor exponente es la alucinación negativa fuente de verdaderas lagunas en el psiquismo. Dos viñetas clínicas ilustran y ayudan a aclarar estos conceptos.
