El objetivo general de esta investigación fue comprobar si el perfil de consumo televisivo del adolescente es igual o diferente a la de otros grupos etarios. La muestra total estuvo compuesta por 1.223 sujetos pertenecientes a tres grupos de edad. El instrumento utilizado fue el cuestionario de hábitos televisivos (CH-TV.01). Los diferentes ítems del cuestionario se agruparon en nueve indicadores: permanencia, actividades alternativas, estilo de visionado, covisionado, contenido de la conversación, disponibilidad y aparatos, preferencias televisivas, permanencia específica y asistir como público protagonista. Realizados los correspondientes análisis estadísticos (análisis de varianza, Anova de un factor), los resultados indican que el perfil de consumo televisivo de los adolescentes coincide en algunos indicadores con el de los jóvenes mientras que muestra diferencias con el perfil de consumo de los adultos. En varios indicadores, el perfil de los tres grupos comparte las mismas características. En ningún caso coinciden los adolescentes y los adultos, diferenciándose de los jóvenes. Sin embargo, de acuerdo a la lógica evolutiva y socio-histórico-tecnológica, los jóvenes comparten la dieta televisiva con los adolescentes en diferentes indicadores y, en otros, con los adultos. Es decir, según los resultados obtenidos, que presentan una alta significación estadística, no se puede hablar de un perfil diferenciado para los adolescentes. El perfil de consumo de los adolescentes obtenido indica que este no es tan alarmante ni perjudicial como a menudo se prejuzga. Igualmente, los datos indican que el adolescente busca en la televisión diversión y entretenimiento, mientras que los adultos desean informarse.