El trabajo profesional con las Personas con Trastornos del Espectro Autista implica compromiso de persona a persona, preparación constante, esfuerzo y tenacidad. A lo que, en otras épocas, se decía de todo vale, hoy la respuesta es: formación, conocimientos, metodología y experiencia. Mucha experiencia, que los profesionales en su actividad como terapeutas tienen que aplicar y adaptar a la idiosincrasia de la Persona con Autismo. El trabajo en equipo, fundamental en este campo, no supone, para los profesionales, perder su independencia, entereza y responsabilidad en sus actuaciones.