Silvia Tubert
La práctica clínica -además de las estadísticas- pone de manifiesto que cada vez es mayor el número de niños a quienes neurólogos, psiquiatras, psicólogos, educadores y padres aplican la categoría diagnóstica de TDAH, y a quienes se trata con drogas psicotrópicas. Esta cuestión ha suscitado una serie de interogantes que, afortunadamente, han dado lugar a una viva polémica. ¿Se trata de un nuevo síndrome recientemente descubierto? ¿Cómo se lo define? ¿Se evalúa correctamente a los niños? A la hora de formular el diagnóstico ¿se toma en consideración algo más que las manifestaciones conductuales? ¿Hasta qué punto son eficaces los psicofármacos? ¿Cuáles son sus riesgos y efectos secundarios? ¿Qué relación guarda el auge del empleo de la psicofarmacología en la infancia con los intereses de los laboratorios? ¿Acaso "psiquiatría" es sinónimo de "psiquiatría biologicista"? ¿Existen otros enfoques terapéuticos? ¿Qué aporta al respecto la perspectiva psicoanalítica?