El desarrollo de la Planificación Centrada en la Persona, iniciada hace unos años entre los usuarios de la Fundación, originó cambios significativos en sus vidas que afectaron, por extensión, a sus grupos de referencia y a la organización en su conjunto. La evaluación del proceso concluyó que no era posible que las personas alcanzaran sus metas más valoradas sin el compromiso firme de toda la organización. Ésta es una de las mayores aportaciones de la planificación centrada en la persona, que junta ideología con estrategia, de forma que hace preciso que se dispongan de los medios necesarios, tanto a nivel individual como colectivo, para que los cambios deseados en las vidas de las personas con discapacidad se produzcan realmente.
El paso de lo individual a lo organizativo es un ciclo continuo que pone todos los recursos en función de cada individuo. Por tanto, esta experiencia no tiene un principio y final determinados, sino que se trata de una continua evolución que incorpora las señas de identidad de la Fundación, que sitúan a la persona con discapacidad intelectual en el centro de todo su quehacer, los valores de la PCP y sistemas de gestión que permitan una clara orientación al cliente.