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M. P. Becerra, D. M. Pinzón, J. Millán Real, L. J. Prada, J. M. Rodríguez, S. Zerrate, M. Martínez, C. Avila, L. E. Guzmán, J. I. Arévalo, Yolanda Millán Ruiz, J. Ospina, C. Rodríguez, C. I. Gutiérrez, H. A. Miller, Pilar Caro Acevedo, P. Guzmán, Fidias Eugenio León Sarmiento, A. Garavito, I. García, C. Molina, J. Ramírez, L. F. Neira, O. Gonzáles
Objetivo. Determinar la prevalencia de la migraña y sus implicaciones en las actividades laborales y extralaborales/cotidianas de los trabajadores de un hospital regional del altiplano cundiboyacense de Colombia. Pacientes y métodos. Mediante la aplicación del protocolo neuroepidemiológico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuestó al personal de planta disponible en dicha institución; los médicos generales hicieron el filtrado inicial y la determinación de enfermedad neurológica fue realizada por un neurólogo clínico, tanto en los individuos positivos como en los negativos para enfermedad neurológica. La calidad de vida se evaluó por medio de la encuesta MIDAS (migrain disability assessment), en español para Latinoamérica, MIDASELA; el análisis se realizó con el programa EPI 6.04. Resultados. Se investigaron 238 personas: 188 mujeres y 50 hombres; la prevalencia de migraña fue de 22,5% (15,5% por el protocolo de la OMS y 7% de falsos negativos), con predominio del género femenino (OR: 5,49; p< 0,005). En la encuesta MIDASELA, el 47,2% de los pacientes tuvieron una alteración en su productividad de un 50%, tanto laboral como extralaboral/cotidianamente. Un mínimo de pacientes (3,8%) dejaron de hacer actividades laborales debido a la migraña, frente a las extralaborales/cotidianas (29,7%), o las recreativas/familiares (66,4%). El promedio por paciente de ¿pérdida¿ laboral, extralaboral/cotidiana y familiar por causa de la migraña fue de 0,3, 2 y 5,2 días, respectivamente. Conclusión. Podría realizarse un subregistro de la prevalencia de migraña en los sitios donde se ha utilizado el protocolo de la OMS. Esta patología deberá tenerse muy en cuenta en los empleados hospitalarios colombianos por su impacto individual, laboral, familiar, social y económico. Se hacen necesarias políticas y programas de salud dirigidos a la evaluación, control y tratamiento adecuados de este tipo de patologías, con el fin de mejorar la calidad de vida de aquellos que velan por cuidar y mejorar la del resto de los colombianos.
