Andrés Ríos Molina
En septiembre de 1910 fueron clausurados los hospitales para hombres y mujeres dementes que existían desde tiempos coloniales en Ciudad de México. Los internos que allí se encontraban fueron trasladados al recién erigido Manicomio General La Castañeda; espacio donde fueron observados y clasificados minuciosamente por los psiquiatras, con el objeto de elaborar un diagnostico que justificase el «secuestro» del paciente. Este articulo toma como base los expedientes clínicos de 13 internos que elaboraron escritos cuyo contenido nos ofrece la perspectiva del «loco» sobre su propia locura, sobre el manicomio y el tratamiento que allí recibía.