Los autores presentan una serie de intervenciones terapeúticas con graves problemas de anorexia donde el eje central es el cuerpo. Se trata de desplegar un remedo de la función materna que les permita identificar aquello que expresan con el cuerpo y no alcanzan a traducir en pensamiento : poner palabras donde sólo existe acción. Con ello se fomenta un proceso de mentalización que favorece la estructuración del sujeto.