Alfonso García Martínez, Juan Benito Martínez
Nuestra opción va a estar alineada con las propuestas que argumentan en favor de la paz y la guerra como productos culturales, como propugna la UNESCO, lo que hace preciso contribuir a preparar el desatino en las conciencias, o lo que es lo mismo, a modificar progresivamente las mentalidades en el sentido de la par. Entendemos que esta perspectiva ofrece ala Educación para la Paz unas posibilidades que se le niega desde otras concepciones opuestas. Ello implicaría desarrollar un nuevo tipo de cultura, la Cultura de la Paz, que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad, compleja y conflictiva, para poder situarse ante ella y actuaren consecuencia; un antídoto contra todo grupo o persona que piense imponer su cultura, su ideología o su pensamiento, con la violencia o por medio de la fuerza. En suma, se trataría del desarrollo de planteamientos creativos que hagan posible la transformación del sistema actual y la creación de una Cultura de Paz