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La ley española 30/1995 referente a responsabilidad civil en los accidentes de vehículo de motor (MVA) ha incluido, bajo precepto del daño moral, la remuneración de víctimas de lesión psicológica. La literatura ha identificado PTSD y las medidas indirectas o desórdenes secundarios, ejemplo depresión y distimia, como las lesiones psicológicas de un MVA. Sin embargo, bajo la ley civil, el diagnóstico de PTSD por sí solo no constituye evidencia suficiente, dado que en términos legales antes que sea admisible el testimonio de un experto, se deben detectar y eliminar la falsificación o falso testimonio. En este contexto y para determinar la capacidad de las personas de falsificar una lesión psicológica en MVA, a un total de 105 participantes quienes no tenían entrenamiento en psicopatología y nunca habían estado implicados en un accidente de tráfico en el cual hubiesen sufrido lesión física o psicológica, se les pidió fingir que habían sufrido una lesión psicológica como consecuencia de un n MVA. Una semana después del autoentrenamiento, fueron evaluados con el MMPI-2. Los resultados muestran que los participantes pudieron falsificar tanto los síntomas directos como los indirectos de lesión psicológica de un MVA. La evaluación de la capacidad predictiva de las escalas de validez y de las configuraciones del MMPI-2 para los simuladores efectivos de daños morales, reveló un amplio margen de error: 26 sujetos (24.76%) fueron simuladores perfectos. Finalmente, se discuten las implicaciones de los resultados para la evaluación de lesiones psicológicas en MVA y se recomiendan pautas para detectar la falsificación.
