Este trabajo reflexiona sobre un fenómeno común a todos los tipos de violencia familiar (menores, mujeres o personas mayores maltratadas en el entorno familiar), aunque escasamente analizado. Un fenómeno que se expresa metafóricamente como el iceberg de la violencia familiar y que se refiere al hecho de que tan sólo una pequeña parte de todos los casos de violencia llegan a ser conocidos, siendo la mayor parte de esos casos invisibles social e institucionalmente y, quedando metafóricamente, por debajo de la línea de flotación de ese iceberg. En este artículo se cuestiona esa supuesta invisibilidad de la violencia familiar y se subraya la necesidad de considerar, para comprender este fenómeno, los niveles todavía excesivamente elevados de tolerancia social ante determinados tipos de violencia, tolerancia que a su vez está íntimamente relacionada con actitudes sociales e institucionales.