Carmen Acedo
Podemos suponer que Ferenczi, al aceptar como paciente a Elizabeth Severn, no sabía que su posición como analista iba dar un giro copernicano. El análisis, que duró ocho años, cambiaría completamente su perspectiva, porque llevó el conocimiento del psiquismo hasta sus últimas consecuencias, a los límites entre lo psíquico y lo somático, la vida y la muerte.