En este artículo se analizan brevemente las raíces del estrés y los sentimientos de pérdida que experimentan los mayores al ingresar en una residencia. Tras este sucinto análisis, se sugieren algunas líneas de actuación con el fin de mitigar los efectos de este tipo de situaciones. Así también, en el artículo se exponen, entre otros asuntos, la importancia que tiene el correcto funcionamiento de un equipo de trabajo formado por los distintos profesionales que trabajan en las residencias, y el proceso de evaluación del estado de salud de los nuevos residentes que ingresan en el centro. (A.)