Las mediaciones sociales no son cosa nueva. Significan "ponerse en medio", aproximar, facilitar... Sin embargo, comienza a cobrar auge un sentido estricto de la mediación: la intervención exclusiva en el conflicto y la comunicación constructiva para la convivencia. Con la aportación de técnicas, procesos y ciencias -pensamiento, acción y reflexión-, la medición empieza a tener un estatuto propio en nuestra vida cotidiana. La acción social, mediadora por tradición, debe incorporar tal metodología para complementar, e incluso ser alternativa, en muchos de sus quehaceres. Por otra parte, la mediación necesita del componente social para ser una herramienta útil en el terreno de las relaciones humanas y comunitarias. (A.)