Desde comienzos de los ochenta el discurso sociológico sobre la pobreza ha sufrido un proceso de desruralización, quedando dominado por el concepto de <>. Éste se ha constituido en el término explicativo de un tipo particular de pobreza enraizada en un problema dual de marginalidad económica y aislamiento social en áreas urbanas espacialmente concentradas. En las áreas rurales, este tipo de dislocaciones sociales han permanecido veladas, haciendo que la noción de pobreza rural haya quedado relegada a un segundo plano. Sin embargo, los trazos más destacados de los «infraclase» (desempleo de larga duración, trabajo no cualificado en empleos erráticos, aislamiento social y dependencia de prestaciones sociales) son especialmente relevantes para el análisis de los procesos de exclusión social en el medio rural español. Este artículo examina la emergencia de un colectivo «infraclase» en la España rural. Los nuevos procesos emergentes de exclusión social en el medio rural español estarían relacionados con el desempleo agrario en la España meridional y el uso de mano de obra inmigrante ilegal en la agricultura del litoral mediterráneo.
