Todo beneficio fiscal debe ser conocido. La deducción por reinversión no es solo un beneficio a considerar de forma pasiva sino que activamente es capaz de significar un ahorro impositivo y además una forma de acometer reestructuraciones de importancia. La vida de las compañías mercantiles es larga, tan larga como cam-biantes las circunstancias de mercado, las necesidades y los objetivos de sus socios. Si a la indicada realidad y al beneficio fiscal enunciado, añadimos además los bene-ficios existentes a favor de las empresas familiares, podríamos incluso estar plante-ando una nueva fórmula de tránsito de una sociedad operativa y con riesgo em-presarial hacia una nueva sociedad holding tenedora de participaciones en otras compañías y de acciones de sociedades de inversión. Sin riesgo empresarial, sin contaminación entre los diversos activos, con una real separación entre el rema-nente destinado a constituir una pensión futura para los socios y el capital con vo-cación empresarial. El tema es de gran interés y sin duda debe ser abordado.