En el presente trabajo hemos partido de la concepción política de la dependencia desde el Consejo de Europa, nos parece un acierto su definición psicosocial y su marco de atención sociosanitaria, es por su parte axiomático que a la dependencia se llega por la edad, la discapacidad o la combinación de ambas condiciones, de tal manera que independientemente del motivo lo que aparece es un población social que tiene dificultades en la realización de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y que son tanto más dependientes cuanto mayor son los cambios de las estructuras sociales de convivencia y tanto más vulnerables cuanto menos desarrollados estén los servicios sociales y en particular el denominado espacio sociosanitario. Hemos hecho referencia a la prospectiva que la Encuesta sobre Deficiencias, Discapacidades y Estados de Salud de 1999 nos ofrece y consideramos que de no desarrollarse un eficaz Sistema Nacional de Dependencia el éxito biológico alcanzado en el pasado siglo va a ser sin duda seguido de un incuestionable fracaso social.