Esencialmente un método de enseñanza de escritura creativa debe tener como primer objetivo la organización de las formas de pensar la realidad, el estímulo de las capacidades personales para describirla y la configuración de un pensamiento que sea capaz de afrontarla de forma literaria. Ese método, además, deberá ayudar al profesor a desarrollar actividades que fomenten la imaginación, propuestas de textos escritos con estructura de problema que lleve a los alumnos a investigar el modo en que pueden ser resueltos de manera eficaz, con la originalidad, expresividad y carga de sentido necesarios para ser considerados textos literarios. El profesor debe trabajar también desde una pedagogía organizada, diseñar una estrategia de lecturas calculadas y debe poseer una formación en técnicas de corrección y anotación de ejercicios.