F. Vivancos Matellano, I. Pascual Pascual, J. Nardi Villardaga, Francesc Miquel Rodríguez, I. de Miguel-León, M. C. Martínez Garre, I Martínez Caballero, Guillermo Lanzas Melendo, R. Garreta Figuera, Pedro J. García Ruiz, Marcelino García Bach, Vicente García-Aymerich, I. Bori-Fortuny, Miguel Aguilar Barberá
Objetivos y desarrollo. La espasticidad constituye un problema médico de incidencia y trascendencia elevada tanto en la infancia, como consecuencia principalmente de la parálisis cerebral, como en adultos, ocasionada frecuentemente por traumatismos craneoencefálicos, ictus y lesión medular. La espasticidad forma parte del síndrome de motoneurona superior que ocasiona problemas importantes, como son: limitación articular, posturas anómalas que pueden generar dolor, alteración de la capacidad funcional, alteraciones estéticas o de higiene, entre otras. Su evolución natural es hacia la cronicidad, acompañada de fenómenos estáticos por alteraciones de las propiedades de los tejidos blandos (elasticidad, plasticidad y viscosidad). Las opciones terapéuticas de la espasticidad son múltiples: fármacos, fisioterapia, ayudas ortopédicas, cirugía, etc. Además, el tratamiento debe ser individualizado y realista, con unos objetivos consensuados entre el paciente o cuidador y el equipo médico. El objetivo de la siguiente guía es profundizar en el conocimiento de esta patología, sus causas, epidemiología y evolución, así como aportar una forma racional y global de abordaje desde el punto de vista del tratamiento farmacológico, rehabilitador y quirúrgico. Conclusión. La espasticidad es un problema complejo que requiere un trabajo en equipo (neurólogo, rehabilitador, terapeuta ocupacional, cirujano ortopeda, médico de familia, etc.) para conseguir los objetivos que se fijan al principio de su tratamiento. Es importante el tratamiento precoz para evitar o reducir, en la medida de lo posible, las graves complicaciones que conlleva.