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Se realiza una revisión del concepto de Agieren diferenciándolo de la noción de acting out, sea del paciente o del analista y se propone traducirlo como puesta en acto o escenificación.
Se postula que esta noción de puesta en acto, introducida por Freud en 1914, ha adquirido un sentido patologizante en la literatura psicoanalítica de mediados del siglo pasado debido a conceptualizarlo según la primera tópica freudiana en la que lo actual no simbolizado verbalmente queda, por definición, por fuera del aparato psíquico descargándose como actos que no conducen a la elaboración.
Se postula que una consecuencia lógica de la introducción de la segunda tópica freudiana, con un Ello concebido como un continente de mociones pulsionales no pensadas verbalmente, que tienden a la representación mediante el acto psíquico, supone un cambio en la escucha analítica.
El autor propone que la presencia imaginaria del enigmático objeto transferencial, con el cual el analista es identificado en el encuentro, deviene pensable a posteriori de una puesta en acto que le proporcione figuración escénica. Se postula que, aunque una mirada superficial del fenómeno de la puesta en acto pudiera llevar a considerar que lo que estaría en juego sería sólo la percepción sensorial de una conducta del analista, de lo que verdaderamente se trata es de la representación escénica de cierta configuración transfero-contratransferencial, inconsciente para ambos miembros de la pareja analítica, que requiere de un trabajo de significación a posteriori (Nachtrdglich).
