Luïsa Andreu Solsona
A menudo, los padres de hijos e hijas sordos nos realizan preguntas tales como: ¿Podrán llegar a hablar como los oyentes?, ¿podrán realizar estudios superiores?, ¿nuestros hijos tendrán amigos?, ¿qué tipo de trabajos podrán hacer?, ¿serán felices en su vida?, ¿sus dificultades serán mayores o iguales que las que tiene un oyente?...
En definitiva, manifiestan su interés por saber si sus hijos, más allá de la sordera, harán o podrán hacer una vida como el resto de los niños y de las niñas.