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Rafael Cruz Roche
El autor hace hincapié en el cambio que supone la revolución freudiana de los años veinte respecto al concepto de libido. Se transforma entonces en Eros, cuya función es la creación de unidades cada vez mayores. Esta función se lleva a cabo mediante la excitación endógena y aquella que proporciona el objeto. De esta manera se constituye el aparato psíquico en la relación con el otro, partiendo desde el reflejo, y como unidad de complejidad superior, siempre y cuando ese aporte excitatorio alcance unos mínimos, y no sobrepase ciertos límites que pueden ser desestructurantes. En un estrecho intervalo la relación fundamental con el otro puede establecerse sin pérdida de la individualidad. El autor considera la funcionalidad de la agresividad, la sexualidad y el pensamiento como factores que hacen posible esa dinámica de aproximación estructurante sin caer en la fusión desindividualizadora.
