En este artículo los autores exponen el resultado de un estudio realizado entre personas de más de 65 años para averiguar si podían aprender a leer una de estas tres fuentes táctiles: una fuente nueva llamada ELIA, la fuente Braille estándar o un tipo de letra redonda (Roman) en relieve. El resultado es que los sujetos podían leer la fuente ELIA con más velocidad y más precisión de reconocimiento que la fuente Roman, y que estas dos fuentes se leen con más precisión y velocidad que el Braille.