Este artículo incorpora aspectos de las literaturas relativas a la psicología de la personalidad y la psicología de la evolución dentro de un marco analítico-conductual para expandir el análisis clínico de la conducta. Se argumenta que la personalidad puede ser comprendida en referencia a las contingencias de reforzamiento que son potenciadas diferencialmente a través de individuos por la influencia conjunta de variables ontogenéticas y filogenéticas. Además, se propone que los efectos conductuales de las variables filogenéticas, que han sido relativamente descuidados en la literatura analítico-conductual, pueden ser conceptuados como funcionando igual que el establecimiento de operaciones. Esta conceptuación proporciona una explicación conductual parcial de la variabilidad interindividual, de la potencia de los reforzadores, y de por qué algunas conductas parecen refractarias al cambio o a la intervención terapéutica. Las ramificaciones prácticas de nuestra aproximación a la personalidad se ejemplifican en un caso clínico y la discusión de la terapia de pareja basada en la aceptación.