Los resultados de la investigación sitúan a los trabajadores del sector hospitalario examinado en un nivel medio alto de estrés, destacándose como estresores principales los factores clínicos específicos de esta población, tales como la presión asistencial, el tratamiento con pacientes críticos, la muerte y el trabajo nocturno o en turnos. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el nivel general de estrés percibido por los tres grupos estudiados: médicos, enfermeras y auxiliares paramédicos. Las técnicas utilizadas para llegar a estos resultados consistieron en la aplicación de un cuestionario especialmente adaptado para medir estrés laboral en esta población (CCL) y la utilización de grupos focales. Se concluye que la cantidad y cualidad de los estresores percibidos por el personal hospitalario del sector público y privado son tan amplias como semejantes y que los recursos disponibles para enfrentarlos son inadecuados e insuficientes.