P. J.
El sonido no deseado, o lo que es lo mismo, el ruido, actúa a través del órgano del oído sobre los sistemas central y autónomo. Cuando el estímulo sobrepasa determinados límites, se producen diversos daños en ambos sistemas e, incluso, sordera. Pero no sólo la intensidad determina el peligro del ruido. A ella se une la duración de la exposición.