C. Rugilo, H. A. Arroyo, R. A. Russo
Introducción. Las vasculitis cerebrales comprenden un amplio grupo de entidades caracterizadas por la afectación de los vasos del sistema nervioso central (SNC) ocasionado por la inflamación de su pared, que conduce a la oclusión o a la formación de aneurismas, con las consiguientes alteraciones isquémicas-hemorrágicas. Desarrollo. En las vasculitis cerebrales pueden afectarse exclusivamente los vasos del SNC (vasculitis aislada del SNC), o ser otro de los territorios afectados en las vasculitis sistémicas primarias o secundarias (infecciosas, enfermedades del colágeno, por drogas, tumorales). Los síntomas neurológicos y el laboratorio suelen ser poco específicos. De mayor utilidad son las nuevas técnicas de neuroimágenes, y la angiografía digital es el patrón oro dentro de ellas; sin embargo, su sensibilidad y especificidad es limitada. La biopsia cerebral permite confirmar el diagnóstico y es el patrón oro para el diagnóstico de las vasculitis aisladas del SNC. Un amplio grupo de entidades (metabólicas, desmielinizantes, vasculares, infecciosas y otras vasculopatías) tienen manifestaciones clínicas e imaginológicas similares, por lo que se necesita plantear el diagnóstico diferencial. Conclusiones. La afectación del sistema nervioso ensombrece el pronóstico en la mayoría de las vasculitis y puede ser grave, como en las vasculitis aisladas de grandes vasos o en la enfermedad de Takayasu, o más benigno, como en la vasculitis aislada de pequeños vasos y en otras vasculitis primarias. El tratamiento con corticoides e inmusupresores debe considerarse en cada caso particular según la entidad clínica y la evolución de cada paciente, así como el tratamiento con anticoagulantes y/o antiagregantes.