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Juan Antonio Vera
El año de 1979 marcó un antes y un después en el proceso de institucionalización de la psicología española. En dicho año concurrieron 'una serie de episodios de enorme trascendencia para el establecimiento de la misma, como lo fueron la apertura legal del proceso que permitiría la creación del Colegio Oficial de Psicólogos o la autorización para crear la primera Facultad de Psicología independiente. Así, los perfiles académico y profesional de la psicología española quedaban suficientemente definidos, habiéndose dado los pasos necesarios para la configuración de una identidad corporativa propia.
Sin embargo, y aun siendo tan importantes, estos acontecimientos no agotan la significación de dicho año de 1979. Tomando en consideración el hecho de que difícilmente se puede consolidar una imagen académica y profesional si no es con el establecimiento correlativo de una concepción científica más o menos consensuada, entonces la importancia de este año se multiplica por muchos enteros.
Según defiendo en el presente trabajo, las diversas dimensiones (científica, profesional y académica) que conforman la psicología, alcanzaron en España tal grado de madurez -un siglo después del nacimiento de la psicología experimental- como para que 1979 nos sirva a los psicólogos españoles de hito referencial en torno al cual ordenar nuestras propias narraciones históricas.
