La mayor calidad de vida del anciano se puede constatar en el aumento de su autonomía, independencia y en su mayor movilidad. Esta movilidad ha favorecido entre otros aspectos que los ancianos de hoy sigan conduciendo, llegando a convertirse en uno de los grupos con mayor representación en tráfico y también con un mayor índice de accidentalidad. Estas altas tasas de accidentalidad encuentran parte de justificación en las características especiales que definen a este grupo. Dentro de estas características destacan principalmente los déficits que sufren a causa del proceso de envejecimiento, así como los errores conductuales que cometen a causa de estos déficits al conducir. Este trabajo presenta una revisión sobre los principales déficits y errores conductuales que están influyendo sobre la movilidad y la autonomía del anciano en tráfico