Convencidas de que los formadores de enseñantes deben tener gran parte de la responsabilidad de preparar a estos para que utilicen practicas de evaluación alternativas, Stahle y Mitchell describen sus experiencias en el empleo de carpetas en cursos de metodología para la enseñanza de la lectura y la escritura. Si la carpeta parece un buen recurso para definir el trabajo y la interacción entre educador y aprendiz, los autores exponen que lo es doblemente entre educador y aprendiz de educador.