La perspectiva histórica puede aportar valiosas informaciones que orientan los análisis de cuestiones actuales. Así ocurre, por ejemplo, con el planteamiento transversal de la asignatura de ética. A partir de una breve síntesis de debates habidos a comienzos del siglo XX, preferentemente en Europa, se aboga por un enfoque explícito y sistemático de la educación ética y en valores.