María Dolors Cinca i Pinós
Estamos habituados a pensar en la enseñanza-apendizaje de segundas lenguas en términos de una relativa uniformidad cultural. Alemán, ingles, por no hablar de italiano, francés o portugués, son lenguas que de un modo u otro impregnan nuestro universo de significados cotidiano. Las lenguas que, como el árabe, son vehículo de culturas potentes y de peso especifico en el mundo de hoy, son tratadas de un modo marginal, por no decir despectivo, en nuestro país. A ese desprecio, los profesores de esa lengua, ven añadirse las dificultades de una tremenda