Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) tienen un origen multideterminado en el que los aspectos sociales (moda de la delgadez unida al éxito), familiares (la dificultad de autonomización, alterativos) de la comunicación, antecedentes familiares de trastornos afectivos, psicológicos (baja autoestima, trastornos de personalidad y trastornos afectivos) y las alteraciones biológicas unidas a la conducta alimentaria inadecuada (desnutrición, conductas purgativas), interactúan produciendo y manteniendo el trastorno. Entre los factores familiares que juegan algún papel en los TCA, analizamos los estilos de crianza parentales y la figura del padre como tercero que favorece la separación de la díada madre-hija permitiendo el desarrollo de esta última como sujeto independiente.