El modelo familiar ha cambiado y por lo tanto las funciones que ejerce el padre no son las mismas que hace 50 años. Pero a pesar de estos cambios la figura paterna sigue siendo fundamental para una sana estructuración del aparato mental de los hijos. En este artículo pretendo exponer cuales son estos nuevos roles y las formas distintas de vivir la paternidad que pueden coexistir en nuestros días, así como el impacto que pueden sufrir los hijos ante la ausencia del padre. En pleno siglo XXI existen unas características comunes y éstas son el ejercer funciones emocionales introyectivas que fomenten el crecimiento de los hijos.