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Tomás Ortiz Alonso, Angel Esteban García, Alberto Fernández Lucas, M. Galiano, Marta Santiuste Díaz, José A. Periáñez Morales, C. Amo, M. Martín-Moro, J. Prieto-Montalvo, Fernando Maestú Unturbe
Introducción. Este artículo expone un ejemplo de la utilidad de la magnetoencefalografía (MEG) en la localización anatómica del inicio y la propagación de las crisis epilépticas. Caso clínico. Se trata de un paciente de 34 años con crisis parciales complejas farmacorresistentes. La resonancia magnética presenta una probable displasia cortical frontobasal izquierda. El electroencefalograma ictal de superficie revela ondas theta frontotemporales izquierdas. En el registro con electrodos subdurales se demuestra la existencia de anomalías epileptiformes interictales durante el sueño, entre las que predominan las polipuntas, y crisis de inicio focal en la cara lateroorbitaria del lóbulo frontal izquierdo. La MEG registra tres crisis clínicamente similares a las experimentadas por el paciente y permite localizar el inicio de las crisis en la circunvolución frontal inferior izquierda, con propagación a otras áreas frontales, la ínsula y el lóbulo temporal, todo ello en el hemisferio izquierdo. Conclusión. La MEG puede considerarse como un elemento diagnóstico útil en el estudio de la fisiopatología de las crisis parciales, así como en la evaluación prequirúrgica
