Los mecanismos de asignación de los puestos de trabajo a mujeres autóctonas e inmigrantes que se siguen en las empresas de servicios a la vida diaria operan principalmente en base a los sistemas de preferencias de los empleadores y de los clientes. Los datos señalan que, a la hora de reclutar a la fuerza de trabajo, los gerentes de las empresas discriminan a partir de sistemas de preferencias positivas y negativas, basados en estereotipos y prejuicios en función del género, la etnia y/o la nacionalidad de las candidatas, que contraponen dos grupos categóricamente distintos: el colectivo de candidatas autóctonas" frente al de "mujeres inmigrantes". Tal situación permite identificar un proceso de etnización de dichos servicios.