Introducción. La evaluación de las competencias requeridas para el ejercicio de la profesión tiene una gran actualidad. Su importancia reside en las mejoras que se pueden efectuar en los procesos de formación inicial y permanente. En este trabajo resumimos algunos resultados obtenidos en una investigación reciente sobre esta problemática.
Método. Participaron un total de 76 sujetos, de diferente tipología, con diferente grado de titulación y que habían finalizado en diferentes momentos la carrera, con diferentes puestos actuales profesionales y nivel de experiencia profesional. Todos cumplimentaron una versión on-line de la Escala para la Evaluación de la Formación recibida por los profesionales, versión. 1.00 (De la Fuente, 2003). Efectuamos análisis descriptivos y de varianza con los datos obtenidos.
Resultados. Las competencias académico-profesionales propuestas se construyen en los dos ámbitos formativos, aunque existe un desequilibrio entre ámbitos, no siempre adecuadamente coordinados. En general, los sujetos opinan que en el contexto profesional-aplicado es donde se construyen una mayor cantidad de competencias. La mayoría del conocimiento factual (saber) se construye en el ámbito de la formación universitaria, mientras que la construcción del conocimiento procedimental (saber hacer) se produce en el ámbito aplicado.
Discusión. Consideramos que la línea de trabajo es provechosa, para evaluar la calidad de la formación recibida. La radiografía de esta situación actual ha permitido acercarnos a la percepción de los alumnos, de los profesionales y de los profesores, lo que resulta valioso para rediseñar los procesos formativos iniciales y permanentes de los futuros psicólogos.
Introduction. Evaluating competencies required for professional practice is a matter of particular current interest. Its importance lies in improvements that can be made in both preparatory and ongoing training and development processes. This paper summarizes results obtained from a recent investigation regarding this issue.
Method. A total of 76 subjects of varying typology participated. These differed in what degree they had earned, in when they had completed their studies, in their current professional position, and in their level of professional experience. All of them completed an online version of the Escala para la Evaluación de la Formación Psicológica recibida por los profesionales [Scale for Evaluating Training in Psychology Received by Practicing Professionals], version 1.00 (De la Fuente, 2003). We performed descriptive analysis and analyses of variance with data obtained.
Results. The academic and professional competencies identified are developed, or constructed, in both developmental environments, although not in proper balance, i.e. there is not always adequate coordination between the two environments. In general, subjects feel that a greater number of competencies are constructed in the applied-professional context. Most factual knowledge (knowing) is constructed in the degree program environment, while construction of procedural knowledge (know how) is produced in the applied environment.
Discussion. We consider this line of work to be quite beneficial in evaluating the quality of training received. By taking a close-up look at the current situation we have been able to discern perceptions of students, teachers and practitioners. This input is quite valuable for redesigning preparatory and ongoing training processes for future psychologists.