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Desde hace unos años es patente en España la preocupación por una nueva expresión de ocio juvenil que popularmente se conoce como ¿botellón¿, consistente en la reunión de multitud de jóvenes en espacios abiertos para beber, escuchar música y hablar entre ellos. La preocupación se centra en dos aspectos clave: las molestias ocasionadas por las reuniones masivas ¿ruido y suciedad- y la consideración de esta práctica como forma nociva de diversión, producto del alto consumo de alcohol y drogas.
Son varios los expertos (Elzo, 2002; Megias, 2002; Sánchez y Rubio, 2001) que consideran que la forma como se está abordando el fenómeno, limitada a medidas de represión de carácter legal, no es la más adecuada ni oportuna, ya que no puede dejarse de lado la prevención ni la educación como base fundamental para su solución.
Entre los múltiples factores determinantes Elzo (2002) señala la falta de comunicación y un clima familiar poco idóneo. Pero, para poder plantear vías de solución necesitamos conocer en profundidad la situación real de esta dimensión familiar. En este trabajo, presentaremos los resultados obtenidos de las dinámicas grupales realizadas con padres en diferentes localidades de la Comunidad Valenciana en las que está presente este fenómeno.
