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El propósito de este artículo, antes que reiterarnos innecesariamente en un análisis del bloque de las tesis lonbrosianas, a las que nos referiremos brevemente a fin de encuadrar nuestros objetivos,es más bien el de comentar alguno de sus aspectos más marginales peron no por ello menos interesantes como, en este caso, la consideración del tatuaje como un rasgo inequívoco de atavismo y, por consiguiente, de tendencia criminal. En un tempo como el presente, en el que el tatuaje -y sus prácticas más cercanas como el piercing- ha dejado de sur un elemento minoritario de nuestra cultura, para transformarse en un discutible y discutido elemento "de moda", resultará interesante adentrase en la consideración que ha merecido tradicionalmente y que, en gran medida, es atribuible a la original argumentación de Cesare Lombroso.
