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Vicente M. Simón Pérez
El tiempo psicológico, ese espacio mental imaginario en el que ubicamos nuestras vivencias y que se extiende tanto hacia el pasado como hacia el futuro, es una invención de la mente creadora del ser humano. El propósito de este trabajo es explorar cómo los mecanismos emocionales se relacionan e interactúan con esa dimensión temporal de nuestra actividad mental. La pregunta básica a la que trata de responder es la de cómo se comporta la maquinaria emocional frente a las vivencias imaginadas, vivencias que, aun sin ser reales, funcionan como estímulos emocionales. Se propone la existencia, en todas las especies que poseen una capacidad cognitiva bastante desarrollada, de una ¿modulación temporal de la emoción¿. Ésta actuaría como un mecanismo corrector que ajustaría la fuerza de las emociones al valor ¿real¿ de cada estímulo emocional. Dicho mecanismo funciona de manera muy deficiente en la especie humana, al menos en nuestra época histórica, debido probablemente al enorme desarrollo de la estructura mental del ego. Éste hace que la energía emocional se desligue de la realidad del presente y se vincule con fuerza a las situaciones creadas por la imaginación, situaciones que pueden ubicarse tanto en el pasado como en el futuro. Se comenta, asimismo, la posibilidad de restar energía emocional a los productos mentales imaginarios, lo cual supone, en cualquier caso, producir una considerable merma en la consistencia y fortaleza (también imaginarias) del ego.
