En la actualidad, ya no se debate en las universidades la conveniencia de medir y evaluar la calidad de su docencia, su investigación, sus servicios y su organización. La necesidad de desarrollar programas de evaluación de las distintas actividades universitarias es ampliamente aceptada; más bien son las características y cada uno de los aspectos concretos de la evaluación los que deben ser motivo del análisis.
En este sentido, el trabajo que aquí presentamos pretende añadir una serie de aportaciones y reflexiones que se han extraído de las diferentes opiniones y valoraciones expresadas por el profesorado universitario, teniendo en cuenta su reflexión desde un ánimo constructivo y de mejora.