Antecedentes: Diversos estudios sugieren que los estudiantes de medicina experimentan un mayor estrés percibido, un peor estado de salud general y una mayor incidencia de depresión, ansiedad y agotamiento que los estudiantes de otras carreras.
El presente estudio comparó la calidad del sueño y la salud mental (depresión, ansiedad y estrés) entre estudiantes chinos de medicina y de otras carreras, y analizó su distribución en diferentes cursos académicos y por sexos, proporcionando una base teórica para intervenciones específicas en materia de salud mental. Método: Se distribuyeron cuestionarios online en 18 regiones administrativas provinciales de China, que abarcaban 15 facultades de medicina y 55 universidades de otras disciplinas. Se utilizaron las escalas de depresión, ansiedad y estrés (DASS-21) y el índice de calidad del sueño de Pittsburgh (PSQI) para evaluar la salud mental y la calidad del sueño. Resultados: Se obtuvieron un total de 11.972 respuestas válidas, 5619 de estudiantes de medicina y 6353 de estudiantes de otras disciplinas. Se observó que los estudiantes de medicina presentaban un mayor estrés psicológico, pero no mostraban una calidad del sueño significativamente peor, y algunos indicadores demostraban un fenómeno de «desacoplamiento entre el estrés y el sueño». Los indicadores de salud mental mostraron un patrón de «pico-valle-pico» a lo largo del año académico: el estrés alcanzó su punto máximo en el segundo año, mejoró brevemente en el cuarto año y volvió a alcanzar su punto máximo en el quinto año, acompañado de un deterioro sincrónico de la calidad del sueño. Las comparaciones basadas en el sexo indicaron que las mujeres experimentaban de forma más pronunciada problemas de estrés mental y de sueño. Conclusión: En general, los estudiantes de medicina tienen una salud mental más precaria, en consonancia con estudios anteriores. Sin embargo, el fenómeno observado de «desacoplamiento entre el estrés y el sueño» sugiere que el entorno estructurado de la educación médica puede amortiguar la relación entre el estrés y el sueño. La ausencia de dicho desacoplamiento en el quinto año, junto con las características de alto riesgo observadas en las estudiantes mujeres, proporciona objetivos clave para la práctica educativa. Este estudio recomienda incorporar estrategias de apoyo «específicas para cada etapa y diferenciadas» en las políticas de educación superior, como el apoyo psicológico dinámico basado en las calificaciones, cursos de higiene del sueño dirigidos a las estudiantes y formación en regulación emocional. Estas medidas tienen como objetivo promover la transformación de las políticas educativas, pasando de una «gestión uniforme» a un «apoyo específico».
Background: Studies have suggested that medical students experience higher perceived stress, poorer overall health, and a higher incidence of depression, anxiety, and burnout than non-medical students. This study compared sleep quality and mental health (depression, anxiety, and stress) between Chinese medical and non-medical students, and analyzed their distribution across different academic years and sexes, thereby providing a theoretical basis for targeted mental health inter- ventions. Methods: Online questionnaires were distributed across 18 provincial administrative regions in China, covering 15 medical colleges and 55 non-medical universities. The Depression Anxiety Stress Scales (DASS-21) and the Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) were used to assess mental health and sleep quality. Results: A total of 11,972 valid responses were obtained, including 5619 medical students and 6353 non-medical students. We found that medical students exhib- ited higher psychological stress but did not show significantly worse sleep quality, with some indicators demonstrating a “stress-sleep decoupling” phenomenon. Mental health indicators showed a “peak-trough-peak” pattern across academic year: stress peaked in the second year, improved briefly in the fourth year, and peaked again in the fifth year, accom- panied by a synchronous deterioration in sleep quality. Sex-based comparisons indicated that females experienced more pronounced mental stress and sleep problems. Conclusion: Overall, medical students have poorer mental health, consistent with previous studies. However, the observed “stress-sleep decoupling” phenomenon suggests that the structured environ- ment of medical education may buffer the relationship between stress and sleep. The absence of such decoupling in the fifth year, along with the high-risk characteristics observed in female students, provides key targets for educational practice.
This study recommends incorporating “stage-specific and differentiated” support strategies into higher education policies, such as dynamic, grade-based psychological support, sleep hygiene courses targeted at female students, and emotion regu- lation training. These measures aim to promote the transformation of educational policies from “uniform management” to “precision support”.