El presente artículo es un intento de dar cuenta de un tipo de relación terapéutica centrado en el «reconocimiento» de los aspectos «verdaderos» del paciente. Me refiero, sobre todo, pero no en exclusiva, al trato requerido hacia aquellos individuos dañados desde los primeros momentos de su existencia. La propuesta que se hace tiene que ver con la propuesta de lo curativo que puede llegar a ser una «mirada bondadosa», tanto desde un aspecto técnico y, fundamentalmente, ético. También se hace una aproximación crítica al concepto clásico de interpretación en su sentido duro, así como una llamada a una aproximación cauta a los tecnicismos propios de la doctrina psicoanalítica en favor de un lenguaje, en la medida de lo posible, genuino y poético