Es un ensayo sobre los orígenes de la representación psíquica, en un intento de capturar el dispositivo y el modo de realización de las primeras imágenes. La reflexión se apoya en dos mitos: el de la caverna de Platón, discurso de trascendencia filosófica, y la fábula de Plinio el Viejo, narración que da cuenta del origen mismo de la pintura. Dos espacios se abrirán ante nuestros ojos: la sombra y el espejo, diferenciados como estadios en la construcción de las imágenes.