El siguiente texto pretende plantear las bases del pensamiento filosófico de Heráclito en su infinita lucha de opuestos en un cambio eterno, del acontecimiento estoico y del clinamen de Epicuro, articuladas en La lógica de sentido de Deleuze, como base de los planteamientos en la última de etapa de enseñanza de Jaques Lacan. Los puentes teóricos trazados entre Lacan y Deleuze se han perdido en análisis históricos de sus encuentros y desencuentros, en el sentido que marcan hacía lo real y por supuesto en el Edipo como máquina de subjetividad. Sin embargo, considero, hasta el momento no se ha planteado una articulación de sus teorías, porque se han desconocido las bases filosóficas lacanianas. El planteamiento que se realiza en el texto permite una forma novedosa de comprender la identificación al fin del análisis, como una identificación a lo permanente en la impermanencia, poniendo como lo más profundo e íntimo de la subjetividad, la piel, el borde, lo falso de la imagen.