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J. Angela Muñoz Machicao, Mario Sánchez Pinto
Cuando se habla de personalidad, se refiere a una estructura tanto a nivel biológico como social. Es con estos niveles, que cada individuo crea un núcleo de personalidad; la cual al desestructurarse, origina un trastorno de la misma. Dentro de la clasificación de estos trastornos se encuentra el trastorno de personalidad limítrofe, que se define con patrones de comportamiento profundamente arraigados, inflexibles y de mala adaptación, caracterizados por acciones impredecibles e impulsivas, inestabilidad del estado de ánimo y en las relaciones interpersonales. Existen una serie de autores, con bases sistémicas y narrativas; los cuales plantean que dicha patología se genera en la familia de origen de las personalidades limítrofes. A partir de estos aportes, se puede concluir que estos sujetos poseen la siguiente estructura familiar: una conyugalidad aparentemente armónica; ya que los juegos patológicos, se presentan encubiertos. Asimismo existe triangulación con el hijo, y el apego es falso o ambivalente, esto desencadena en el niño sentimientos crónicos de vacío y angustia. Existe también una triangulación por parte de los hermanos con los progenitores, en la cual se excluye al sujeto, reforzando así sus sentimientos de vacío crónico. Finalmente la desvinculación que se produce es la de compromiso, ya que el individuo se encuentra atado a las expectativas y deseos de sus padres.
